lunes, 20 de marzo de 2023

No se disculpe, yo tampoco sé de lo que hablo.

Hace 15 años la música se descargaba en e-mule, las citas se cerraban por messenger y los que queríamos parecer interesantes abríamos un blog. Música, cine, viajes o filosofía. Cada uno tenía su causa. Mi blog también tenía una, aunque yo la desconozco. 

Casi diez años después de echar el cierre a este espacio, he retomado algo que me gustaba mucho hacer y aunque el resultado no fuese todo lo bueno que esperaba, el proceso era felizmente sanador. Me estoy refiriendo a escribir, o más bien, a aporrear el teclado del portátil sin ánimo de contar nada trascendente.

Desde el último post hasta ahora han pasado muchas cosas. Algunas increíblemente positivas. Otras, no tanto. De ninguna de ellas he pretendido obtener alguna lectura o aprendizaje. Simplemente las he vivido y las vivo como van llegando. 

Para poder escribir a gusto me he tenido que deshacer de toda la colección de episodios anteriores. Había más de 200 post y aunque forman parte de la historia de este blog, no borrarlos me hacía sentir un poco Ethan Hawke en "Antes del atardecer". 

Sin precuelas, sin spoilers. Si teníais el mal gusto de pasaros por aquí hace años podréis comprobar que nada ha cambiado. El título y la portada siguen siendo los mismos. La estructura, el formato y la tipografía se mantienen. Sólo cambiará el contenido, pero no la esencia. Y si sois nuevos por aquí y apenas entendéis nada, no os preocupéis, no hace falta disculparse. Yo tampoco sé de lo que hablo.