martes, 24 de octubre de 2023

A mi abuelo


En un día como hoy, me resulta imposible hablar de mi abuelo sin referirme a los 3 pilares fundamentales de su vida: la familia, los amigos y la Cofradía de La Piedad.

Empezaré por la última, la hermandad de la que siempre se sintió orgulloso y de la que tengo el honor de formar parte. Para mi abuelo ser cofrade de la Piedad ha sido una forma de vivir entregado a los demás, transmitiendo los valores de hermandad, solidaridad y respeto hacia todos sus hermanos. Su devoción por la Virgen le ha acompañado desde que era niño hasta hoy, donde como no podía ser de otra forma, ha partido hacia su encuentro y donde ya descansa en paz y feliz bajo su regazo. Atrás quedan todos los Jueves Santo vividos desde dentro y desde fuera de esta Iglesia bajo el ritmo de los timbales, bombos y tambores que acompañaban uno de los momentos más emocionantes en la vida de mi abuelo. La Piedad siempre estará en su corazón y tu recuerdo en el de todos nosotros.

Continuaré con sus amigos, ese gran tesoro del que siempre hablaba mi abuelo. A lo largo de su vida sólo tuvo palabras de cariño y generosidad hacia todos ellos. Con un gran corazón y una mirada humilde y sincera, siempre estuvo disponible para ofrecer su apoyo a quien más lo necesitara. Callejero, disfrutón, un gran conversador y sobre todo, un excelente amigo de sus amigos. Le apasionaba pasear sonriente por las calles de su ciudad parándose cada vez que escuchaba a alguien decir: “Hasta luego Enrique”. Prueba de ello es que una de las cosas que más rabia le daba cuando empezó a perder la vista era no reconocer a la gente con la que se cruzaba por la calle. No he conocido nunca a nadie que se hiciera querer tanto como él.

Por último terminaré con su familia, a la que entregó todo su tiempo y amor cada día de su vida dejándonos algo mucho más grande que un legado: una forma de estar en el mundo. Junto a él hemos aprendido a disfrutar cada segundo del presente y afrontar las dificultades con valentía y esperanza. Nos mostró que la felicidad está en la sencillez y la belleza en los corazones. Compartió con nosotros lo mejor que tenía, sus valores. Y lo hizo de la mejor forma posible: juntándonos a todos y enseñándonos que a querer se aprende queriendo.

Hoy decimos adiós a un esposo, un hermano, un padre y un abuelo. Pero mantenemos vivo para siempre el recuerdo de una persona que ha sido muy feliz y nos ha hecho muy felices a todos. Gracias por todo abuelo. Descansa en paz.